Don Manuel Berges Vidal tenía 31 años cuando decide iniciar la aventura de una fábrica de mosaicos.
Hijo de albañil, aprende la profesión de su padre y ello le lleva a ver y conocer las necesidades que la construcción local acusa.
En los sótanos de su casa iniciará la andadura empresarial creando la fábrica de mosaicos Berges. Transcurre el año 1929 y los comienzos serán muy duros, pues todo se hacía manualmente, la mezcla de materiales, los moldes, el pulido... Manuel Berges Vidal creó personalmente las diferentes trepas que formarían los dibujos en los mosaicos.
En 1939 la fábrica será confiscada. Será un alto en el camino hasta finalizar la guerra cuando la fábrica se traslada al barrio de "las afueras" con una increíble visión de futuro.
Se moderniza y compra nuevas máquinas, se trabaja piedra artificial, se hacen escaleras, fregaderos... Son años de reconstrucción de la ciudad.
En los años cincuenta, con las restriccciones de luz, las máquinas eléctricas no pueden funcionar, pero "lo so Manolo" mantiene al personal a su cargo. Ha ampliado horizontes. Es concesionario de URALITA y vende todo tipo de materiales para construcción, es distribuidor de abonos Cross y sus 2 tiendas en Fraga venden también menaje de cocina, objetos de hogar y ferretería.
Cuando se decide finalmente cerrar la fábrica de mosaicos sus otras actividades comerciales han alcanzado el auge suficiente para poder continuar con su andadura empresarial.
Manuel Berges Cruellas, séptimo hijo de Manuel Berges Vidal, continuó con la tarea de la comercialización de los materiales de construcción que había emprendido su padre.
Hoy en día, la empresa cuenta con más de 15000 metros cuadrados entre sus 2 exposiciones, ferretería y centros de almacenaje. Posee una flota propia de vehículos, dedicados en exclusividad al transporte y reparto de los materiales de construcción que la empresa comercializa